viernes, 23 de mayo de 2014

La necesidad de comunión: Ciencias y Letras.


 “Mas no porque las ciencias sean el primero, deben ser el único objetivo de vuestro estudio; el de las buenas letras será para vosotros no menos útil, y aun me atrevo a decir no menos necesario.” (Jovellanos).
 
     Heme aquí, la hoja vacía, la mente en blanco; todo oscuro, sin claridad, sin alumbrar ideas. Reflexionando entre papeles arrugados, redactando folios destinados a perderse, sabedor de que en cada letra que hilo hay una historia imaginaria que puede ser leída y alabada, leída y olvidada o, simplemente, no leída quedando inacabada. Ciertamente, para escribir es necesario reflexionar, arrugar papeles y tener material, de igual modo, que para cocinar necesitamos  comida y utensilios, para redactar es necesario que un tema y un pensamiento se alíen o contiendan hasta que el soplo inspirativo les dé vida en forma  de letras con sentido.
 
    Siempre pululan en nuestra mente cientos de pensamientos y miles de temas pugnando y aliándose pero en un número ínfimo de veces una de esas alianzas o contiendas es guiada por el aliento de una musa que halla en la lucha o comunión una parte esencial del ser humano y ahí, en ese instante, nace una obra, una reflexión, un poema…
 
      La Medicina, el Derecho, la Ingeniería o la Informática son necesarias para que la vida humana siga evolucionando y las necesitamos de la misma manera que necesitamos el pensamiento racional y lógico pero un poema, una reflexión filosófica o una hermosa historia (escrita, contada o vista) es lo que hace que nuestro corazón palpite cuando el mundo real y rutinario es insoportable, triste y extremadamente cruel. No subestimemos el poder de las letras creyéndolas inútiles porque la naturaleza humana se nutre de ellas y ellas a su vez se nutren del ser humano, no entiendo como ahora se desprecian con tanta facilidad los poemas o las reflexiones literarias y filosóficas si jamás veremos algo tan hermoso como un acto de Romanticismo, si jamás veremos a un ejército tan valiente como el alentado por unas enérgicas palabras, si jamás veremos a una madre llorar con tanta alegría como cuando oye de la dulce voz de su bebé su primer “mamá”. Nos hablamos a nosotros mismos en letras, nos comunicamos con otros y con nosotros en letras, pensamos en letras, somos letras, no lo olviden.
 
      Todos los sabios saben y han sabido esto, sin embargo la tendencia actual con las doctrinas que se dedican a lo que se denominan “letras” es tratarlas como un despojo social, como algo inútil, de mentes solo con vocaciones exclusivas y de utópica estupidez rebajándolas en importancia al Mercado, a la Economía y a la Tecnología cuando los que dominan el Mercado, la Economía y la Tecnología usan las palabras hábilmente para seguir mandando en este mundo. Dejad de subestimarnos no solo servimos para dar clases o para rescatar un trozo de historia, somos mentes pensantes y útiles para la humanidad porque cuando la humanidad deje de cultivar esta parte intrínsecamente humana perecerá dramáticamente engullida por un mar de utilitarismo, materialismo, egoísmo y crueldad ¿os suena? Entre lo que se llaman hoy “ciencias o números” y lo que se llama hoy “letras” ha de haber un equilibrio en fijación por parte de nosotros porque las letras sin ciencias son cojas y las ciencias sin letras ciegas.
 
El Jovencito Hablador