Soy persona que gusta poco alterar
el orden de mis hábitos, fundando mi oposición en haber conseguido, así, cierta
estabilidad cuyo bienestar agradezco. Aunque todos amamos el cambio y conocemos
aquello del “et per tal variar natura é
bella” (Serafino Aquilano), odiando, por el contrario, la rutina, la
certeza, es que ninguno de nosotros vive sin seguir unos hábitos que gusta de
mantener por no quebrar su propio sistema, aquello de “el caos tiene su propio orden”. En este 31 de Octubre aúnanse dos
tradiciones que tengo por costumbre, la una por hábito diario, y la otra por
hábito anual; es por ello que me levanto con una amplia sonrisa, hoy, pues no
son como este todos los días. Mi primer hábito, dado el estado de los jóvenes
en nuestra España, consiste en pasear de aquí para allá buscando lo que la
mayoría, el huidizo trabajo, que conoce mejor que nadie las técnicas de evasión
tales se las han enseñado sus maestros del Gobierno con su ilustre y evasiva
retórica, así, el trabajo, esquiva a los parados con la misma solvencia con la
que nuestros gobernantes dan capotazo a
las preguntas. En el paseo de esta mañana hallé un cielo bastante nublado,
grisáceo, como ansioso por sumirnos en la penumbra, casi anhelando el
crepúsculo, y me dije: “Hasta el cielo pide Halloween…” Las gentes van de aquí
para allá, atraídas por escaparates llenos de aterradoras formas, con ganas de
que todo quede sumido en tenebrosa oscuridad para sacar a relucir sus máscaras,
y, sin embargo, yo, a plena luz del día veo todo un desfile de caretas que han
pasado del tono carnavalesco al tono lúgubre y de temor; del tono satírico,
alegre y sonriente que nos identifica al tono tristón, oscuro y tenebroso que
identifica a otras culturas. Cada vez somos menos nosotros y más otros… Últimamente,
intercambiamos el español con palabras y expresiones inglesas, oímos más grupos
de música americanos que españoles, comemos y vestimos al estilo Hollywood, y hasta soñamos, vivimos y
amamos como nos inculcan en las series americanas, ¿Dónde quedó nuestra
identidad? La vendimos por una noche de fiesta más…
Mi segundo hábito, hoy, es
dedicarle unas líneas a Halloween y como no hallé forma de expresar mi gratitud
y mi gusto por esta nueva fiesta, escogí la cita de un muy amigo mío que dice
así:
¡Ah! Se me olvidaba, como esta
noche el descanso es poco viable, dado que la “tradición” de mi querido Halloween es ir por ahí molestando a la
gente de casa en casa, evitando que una persona pueda dormir para descansar y
levantarse el día 1 de Noviembre, temprano, para ver y honrar a sus caídos como
era tradición aquí, hay una costumbre más que tengo por hábito realizar,
consistente en apagar todas las luces, cerrar todas las puertas y ponerme una
película, ¿De terror? No, no, para demostrar mi apego a esta “nueva tradición” tiene que ser de amor,
y mientras más romántica mejor…
EL JOVENCITO HABLADOR.