domingo, 30 de diciembre de 2012

Al tiempo y la distancia


"El amor es fe no ciencia" Francisco de Quevedo.

Ella y yo hemos hablado de amor susurrando palabras bonitas, creyendo en un sentimiento pavoroso que a poco que se maltrata se desvanece. Soy yo, ese que suele escribirle, escogiendo algunas palabras, hilando alguna frase y componiendo un párrafo que aunque para cualquiera cayera en el olvido para ella será indeleble, eterno, imperecedero… Qué largos son los días sin ella, qué eternas se hacen las horas sin verla y qué duros los minutos sin abrazarla. Tú, incansable Tiempo, tú que todo lo consumes, que todo lo corrompes y todo lo destruyes, eres el culpable de que no pueda estar junto a ella; ni siquiera, maldito Tiempo, tienes la amabilidad de permitirme escribirle algunas letras que conmuevan su corazón y le recuerden cuánto valor tiene para mí una sonrisa de ella. Pero hoy no tengo nada que perder, hoy, me enfrento a ti, te desafío con letras y líneas, sin miedo, con ahínco y brío.

            Cerca está ya el fin de otro año, querida Alissa, y cerca las horas que nos acercan; ahora es un buen momento para escribirte desde lo más profundo de este pesar producido por nuestro gran enemigo que nos atosiga, que no me deja respirar y que combato con la esperanza de volverte a tocar, acariciar, besar… El Tiempo, valeroso enemigo, traza bien su estrategia, aliándose con otro poderoso contrincante que va hiriendo lentamente, con agónico dolor, a un corazón que palpita vital y lleno de alegría y que éste sabe dañar con sobrada osadía; Distancia se llama su aliado, con fervor pugna por derrotarme, y el solo oír su nombre me produce grandísimo pavor. Ambos empuñan sus armas, hombro con hombro, contra un simple mortal, tenebroso fin me espera, contienda sin victoria, la desesperanza aguarda, la esperanza es ya solo ilusoria… -“Sus últimas palabras frágil mortal”- me dicen- “he aquí un hombre de voluntad férrea, de fe cuya espada os derrotará a ambos con mano que no tiembla, espada bautizada con el nombre de esperanza; por armadura porto un corazón que lucha firme, gritando: ¡creo en el amor! Por armadura una mente que sin temor romperá las cadenas de ambos, meros trozos de hierro que ansias de libertad no podrán evitar; triunfo de un hombre sobre dos entes invencibles: Tiempo y Distancia seréis derrotados con elegancia, aquí y ahora,  con hermosas letras, en nombre de ella, en nombre de Alissa.

EL JOVENCITO HABLADOR



miércoles, 19 de diciembre de 2012

Inspiración de un amigo, por Adolfo Domínguez.

Un muy amigo mío ha estado varios días siguiéndome la pista para que le dejara un pequeño trozo de este pequeño blog en el que expresarse, y como me pareció curioso lo que me trajo, quise que mis lectores pudieran leerlo, así que hoy, cedo mi blog a Adolfo Domínguez, seguidor además de este blog. J.H.

Inspiración.

"Cae la noche, la luz blanquecina de la luna ilumina tenuemente el lugar donde me hallo. El silencio, la tranquilidad… Nada me distrae. La soledad y el frío de la noche producen la nostalgia y la tristeza. Aparece entre la oscuridad la más cruda realidad. Un aluvión de pensamientos nubla mi mente, y, en ese instante, veo dibujarse tu insinuante y sensual silueta. Tu halo misterioso, tus melodiosos pasos, y, sobre todo, ese mundo ideal y utópico que, con solo verte imagino, me aferran a esta vida. Pero, cuando me entrego a ti sin mesura, me rechazas; cuando uso la razón, notas mi falta de pasión y cuando creo que todo está perdido, vuelves a mí, me rozas y huyes, quedando solo la esencia de tu perfume. Inicio de nuevo mi búsqueda, mi conquista; palabras bonitas y atención son mis armas; rechazo, tu defensa y mi perdición. Cuando creo que todo se acaba, que todo está perdido, que toda oscuridad terminará por envolverme, en ese mismo instante, surges de la nada y, con timidez, agarras mi mano; entonces, toda oscuridad se vuelve luz, un sinfín de sensaciones comienzan a invadirme y toda confusión desaparece. Solo quedas tú, tal como eres, sin artificios, ni trabas, sin obstáculos, desvestida y sin harapos. La noche va apurando sus últimos minutos, el reinado de la luna va dejando paso a los rayos cálidos del sol; mi mente va liberándose de todo despojo, todo lo pasado se torna en extrañeza mientras la danza del bolígrafo sobre el papel va dejando  constancia de nuestra unión en forma de melodiosos versos y de hermosos párrafos."

Adolfo Domínguez.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Adiós Jovencito...


“Escribir es verse frente a un cristal que te interroga con tus propios ojos, es oír el eco en una inmensa cueva volver con las críticas que pronuncia tu propia voz” El Jovencito Hablador.

 “Escribir es verse frente a un cristal que te interroga con tus propios ojos, es oír el eco en una inmensa cueva volver con las críticas que pronuncia tu propia voz” Esta cita oí muchas noches mientras soñaba, una y otra vez. Me pareció curiosa y extraña, así que, intrigado, decidí buscarla en libros y páginas de Internet, no hallando nada, por lo que, tomé aquello por locura ingeniosa de mi subconsciente.

Es ya Diciembre, otro año toca a su fin y yo sigo preguntándome por qué no entiendo nada de lo que la gente considera, hoy, normal, sigo sin hallar coherencia en este mundo que nos zarandea, nos consume y nos destruye. ¿Por qué si la gente tiene acceso a una educación gratuita es tan maleducada? ¿Por qué si la gente puede estudiar y tiene estudios, es tan ignorante? ¿Por qué las personas que defienden y actúan con bondad y  honra son caricaturas de las que reírse por considerárselas idiotas? ¿Por qué la audiencia favorece la emisión de programas estúpidos que se centran en el morbo y el insulto? ¿Por qué las figuras que elegimos como representantes nuestros para mejorar nuestra vida se dedican a hacérnosla imposible? ¿Por qué sales a la calle y te faltan al respeto continuamente, desde niños hasta ancianos?..

Almorcé viendo el televisor, series repetidas, discusiones estúpidas sobre gente que no me importa, películas con argumentos pobres y una cantidad ingente de anuncios… Una vez hube terminado, decidí salir a caminar, como acostumbro, por lo que queda de verde por aquí. Aún seguía pensando en aquella cita que se  había repetido en mis sueños. Cuando llevaba andado gran parte del camino que suelo recorrer, el cielo comenzó a cubrirse de nubes grises, así que me vi obligado a volver. Como la lluvia amenazaba con aparecer, opté por atajar y aunque siempre suelo bordearlo, esta vez no pude evitar cruzarlo… Silencio y frío, un frío que helaba las venas, tumbas de cemento, aliento gélido exhalaban, ilusiones y deseos enterrados, cementerio, aquí estoy, cementerio cuán verdadera es tu existencia. Yo, allí en medio del lugar más temido por el hombre, rodeado de vida sin vida, viendo las flores marchitarse y el sol rendirse a la penumbra, buscando refugio en la calidez de mi corazón, comprobando, aterrorizado, cómo este se helaba y cómo perdía la vida evocando cada ilusión enterrada y cada deseo sesgado. Un dolor indescriptible empezó a recorrer mi cuerpo, sentí que se me iba la vida y no me aferraba a ella, no intentaba contender contra la muerte porque sabía que luchar contra la vida era muchísimo más doloroso, muchísimo más duro. En un último esfuerzo, metí mi mano en el bolsillo buscando mi pluma y un trozo de papel para intentar redactar las últimas líneas de una vida cualquiera, de una vida cuyo argumento no interesa a nadie, pero escribir es como amar, no lo elegimos, aflora, emana, emerge y de un tumulto de sensaciones se crean trazos que quedan en el papel, en un hoy sin tiempo, en un hoy que es siempre, en un hoy que es ahora, en un hoy sin tiempo que es siempre un ahora. Me hinqué de rodillas, los trazos eran casi ilegibles, la vista se me nublaba, el cuerpo se me estremecía del dolor, mis últimas letras decían: “en un hoy sin tiempo que es siempre un ahora”; en ese instante, noté que se me iba la fuerza de las manos, y, entonces, vi como mi pluma cayó sobre la tierra inerte, fría y oscura. Mi última ilusión, escribir, yacía sobre la arena sin vida… Era momento de despedirse, lágrimas amargas, mi voz temblorosa que repetía el pasaje: “No elegimos cuando las grises nubes nublan un sol primaveral, ni cuando un conductor ebrio abate a un ser querido. No elegimos el día en que la penumbra oscurecerá nuestros ojos, cerrándolos para siempre y envolviéndolos en sombras hasta divisar la postrera luz, ni cuando Cupido enlaza el alma de dos personas. Simplemente vemos venir los acontecimientos, como espectadores de un gran teatro, e intentamos que nos favorezcan sabiendo que nuestra intervención no servirá de nada.” (Devenir, El Jovencito Hablador). Cerré los ojos y caí pesadamente sobre la tierra, todo se sumió en una oscuridad estremecedora.

Las gotas de lluvia me despertaron, yacía allí, postrado sobre aquella tierra fría que se humedecía con el agua de las nubes grises. Abrí los ojos y me sobresalté, me quedé sin habla… Eran mis ojos, mis propios ojos pequeños y de un oscuro marrón los que me miraban; delante de mí había un joven con el pelo castaño, con mirada cálida y sonrisa alegre, era yo de joven, mi juventud frente a mí observándome con tantísima vitalidad y tantísimas cosas que hacer y por las que vivir. “Señor esa pluma es mía”- me dijo-, sacándome de mis pensamientos, no dije nada, permanecí allí asombrado y callado, mirando aquella sinrazón, “soy yo señor, yo le hablé en sueños, ¿recuerda?”–preguntó mientras me interrogaba con la mirada-, “escribir es verse frente a un cristal que te interroga con tus propios ojos, es oír el eco en una inmensa cueva volver con las críticas que pronuncia tu propia voz…”-dijo, repitiendo aquella cita-; yo no entendía nada, no salía de mi asombro, no era capaz de hablar, “señor me da la pluma, por favor”- me dijo-, sin articular palabra, sin saber qué estaba ocurriendo, tal era el grado de asombro en que estaba, y como llevado de una fuerza desconocida, cogí la pluma que estaba debajo de mi mano y se la entregué; me sonrió, se dio la vuelta y se marchó perdiéndose en la oscuridad. Yo seguía mirando hacia la inmensa penumbra, sin decir nada, absorto… “Adiós Jovencito” dije finalmente…

El Jovencito Hablador.

viernes, 30 de noviembre de 2012

De un gran amigo a su madre.


“¡Oh capitana, mi capitana!”

“No tiene el mundo flor en la tierra alguna, ni el mar en ninguna bahía perla tal, como un niño en el regazo de su madre.” Oscar Wilde.

  Dicen por ahí que es mi virtud el escribir, y yo digo que es mi placer escribirte, no con la pretensión de cambiar nada, ni con el vano anhelo de cobrar las ganancias de obras vacías y de palabras erradas; más bien, uso esta cualidad cuando mi corazón escoge el momento y me habla susurrando… Así, Nacen, pues, palabras bellas que voy escribiendo.

  Construyo hoy el pasado sobre el presente, entre líneas inspiradas, recordando a quien pertenece ese día, esta semana, este mes… 11 de Diciembre, nada de día de algún escritor, rey o famoso conquistador, día de mi capitana, mi inspiración en esta vida compleja, dificultosa y azarosa. Mi capitana, quien me dio la vida y aun hoy sigue dándomela.

  Ella no sucumbió ni sucumbe a la dura batalla del día a día donde muchos caen, ella, con su familia por bandera y su amor como himno, vence un escollo tras otro, avanza y ríe, a pesar del dolor; camina hermosa en la noche y más bella en la mañana. Ella nunca pierde la fe, nunca se detiene, nunca se deja vencer por el desaliento, nunca deja de creer en sus palabras y aunque el viento le sople en contra, continúa embelleciéndolo todo con sus versos. 

  Levántate con la aurora capitana, recuerda cada instante, cada momento de tu vida y siéntete feliz porque lo que tu has hecho por mi ya es digno de elogio y alabanza; has hecho de esta vida algo maravilloso, gracias… hoy te regalo mi mes, mi 11, mis letras… Pronto será tu 11 de Diciembre… Felicidades ¡Oh capitana, mi capitana!

Alejandro Gómez Román

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Fragmento de una carta perdida.


Fragmento de una carta manuscrita que hallé en un banco del parque por el que suelo pasar de camino al centro.

“Todo buen escritor ha intentado describir qué es el amor, y todo buen poeta ha intentado expresar su valor. Todos y cada uno de nosotros buscamos el amor, anhelamos hallar su dulzor, pero pocos conseguimos sentirlo. Yo, como tú, no soy buen poeta ni buen escritor, pero si he tenido la fortuna de entender su valor, y aunque mi trabajo sea describir y debiera poder exteriorizarlo, lo cierto es que no sé cómo expresarlo. Decir qué sentimos cuando amamos es como intentar plasmar en un lienzo el color del dolor, decir qué sentimos cuando amamos es como intentar versificar las letras que definan el pavor, decir qué sentimos cuando amamos es como intentar crear una sinfonía que transmita notas que evoquen la alegría, decir qué sentimos cuando amamos es como intentar representar en el cine o el teatro una escena que recree la pasión. Color, pasión, alegría, dolor, pavor… Todo formas del amor; bondad, fidelidad, sacrificio… Formas de amar. Querida princesa, el amor puede ser triste y doloroso o sublime y precioso; lo que realmente lo define, es la forma de amar de cada uno de nosotros, y en eso, quién nos ame, no puede tener, en el mundo, igual.”

Anónimo

miércoles, 14 de noviembre de 2012

DE LO QUE SE LLAMA HOY POESÍA



"No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (...). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos". (EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS)

Desde que tengo entendimiento, vengo oyendo con demasiada frecuencia la palabra poesía y no menos la palabra arte como cajón desastre en el que introducir todo lo que nos parece. Andaba ayer, como acostumbro cuando la tarde se me ofrece, camino del centro, calle abajo, buscando sosiego en los sublimes acordes de Pachelbell y Vivaldi, mientras mi mente se perdía en miles de pensamientos que tenían que ver con aquello a lo que denominamos poesía. Una vez hube llegado a la plaza y hallado un banco donde acomodarme, vinieron a mí una serie de dudas y reflexiones, como en tropel, que colmaron varios papeles de ideas, cuyo desorden, me dio gran pesar y mayor quehacer. Titulé aquel caos “De lo que se llama hoy poesía” y cuando quise ordenar mis anotaciones, vime en el laberinto en el que se halla hoy el concepto “Arte”, reducido básicamente al desorden y al  subjetivismo, amparado en la famosa cita “eso es arte pero tú no lo comprendes…”

Estoy seguro de que quien oye los acordes de la novena sinfonía de Beethoven siente erizársele el cabello lo entienda o no. Lógicamente, el arte se saborea mejor con conocimiento y no está exento de subjetivismo pero no podemos rendirlo completamente al “todo lo bien hecho es arte”, y tanto es así que incluso se dice “qué arte tienes…”.

En la Grecia clásica, solo era arte aquella obra capaz de cumplir con lo que se traduce como “Purificación del alma” y aquella pieza capaz de “elevar el alma”. Pero si hoy no tenemos  ya ni siquiera alma, solo, físico ¿Cómo vamos a intentar definir la obra artística? O ¿Cómo vamos a intentar debatir sobre qué es arte?.. ¿Cómo vamos a hablar de arte si las disciplinas que se encargan de estudiar las artes no son productivas económicamente y por tanto “no hacen falta” en nuestra sociedad?.. Tarea compleja esta y más cuando en quien depositamos nuestra confianza los que aún amamos las artes, los jóvenes, llaman poesía a rimas facilonas hechas con tono chulesco y entremezcladas con insultos y no sé qué problemas de indigestión.

EL JOVENCITO HABLADOR.

miércoles, 31 de octubre de 2012

HALLOWEEN...

Damas y caballeros, gentes del lugar, ¡oíd!, ¡oíd!, por caridad, las nuevas de este trovador que habla con sinceridad sin faltar aún a ninguna verdad. Reuníos, reuníos, en torno y escuchad su voz clara y limpia hilada en el arte del trovar. Se acerca, se acerca…Desde el frío norte, allá en la tenebrosa profundidad, camina hacia nosotros una fiesta que jamás supe loar y aun menos festejar; prestad atención, calla y mirad a los niños y las niñas asustar sin cesar, mientras la noche se llena de no sé que ropajes de oscuridad y americanadas que hieren el corazón de mi nacionalidad; pavor, miedo y temeridad; disfraces, vendas que vuestros ojos ciegan, no me queráis arrastrar. Pedid, pedid, caramelos y dulces, y pedid también un pañuelo suave y limpio para secar las lágrimas que la voz de mi tierra derramará, con su lamento, más allá, en su triste soledad…” El Jovencito Hablador (2010)

Soy persona que gusta poco alterar el orden de mis hábitos, fundando mi oposición en haber conseguido, así, cierta estabilidad cuyo bienestar agradezco. Aunque todos amamos el cambio y conocemos aquello del “et per tal variar natura é bella” (Serafino Aquilano), odiando, por el contrario, la rutina, la certeza, es que ninguno de nosotros vive sin seguir unos hábitos que gusta de mantener por no quebrar su propio sistema, aquello de “el caos tiene su propio orden”. En este 31 de Octubre aúnanse dos tradiciones que tengo por costumbre, la una por hábito diario, y la otra por hábito anual; es por ello que me levanto con una amplia sonrisa, hoy, pues no son como este todos los días. Mi primer hábito, dado el estado de los jóvenes en nuestra España, consiste en pasear de aquí para allá buscando lo que la mayoría, el huidizo trabajo, que conoce mejor que nadie las técnicas de evasión tales se las han enseñado sus maestros del Gobierno con su ilustre y evasiva retórica, así, el trabajo, esquiva a los parados con la misma solvencia con la que nuestros gobernantes dan capotazo a las preguntas. En el paseo de esta mañana hallé un cielo bastante nublado, grisáceo, como ansioso por sumirnos en la penumbra, casi anhelando el crepúsculo, y me dije: “Hasta el cielo pide Halloween…” Las gentes van de aquí para allá, atraídas por escaparates llenos de aterradoras formas, con ganas de que todo quede sumido en tenebrosa oscuridad para sacar a relucir sus máscaras, y, sin embargo, yo, a plena luz del día veo todo un desfile de caretas que han pasado del tono carnavalesco al tono lúgubre y de temor; del tono satírico, alegre y sonriente que nos identifica al tono tristón, oscuro y tenebroso que identifica a otras culturas. Cada vez somos menos nosotros y más otros… Últimamente, intercambiamos el español con palabras y expresiones inglesas, oímos más grupos de música americanos que españoles, comemos y vestimos al estilo Hollywood, y hasta soñamos, vivimos y amamos como nos inculcan en las series americanas, ¿Dónde quedó nuestra identidad? La vendimos por una noche de fiesta más…

Mi segundo hábito, hoy, es dedicarle unas líneas a Halloween y como no hallé forma de expresar mi gratitud y mi gusto por esta nueva fiesta, escogí la cita de un muy amigo mío que dice así:

“Desgarrad, hoy, vuestras vestiduras, mientras desgarráis sin pudor vuestra bandera; manchad de sangre vuestras camisas como se mancharon aquellas que lucharon con ahínco por nuestra identidad. Trocad en seres horribles esta noche y arrasad con todos, sin dejar un español que no sienta temor o extrañeza por ser lo que es, y, así, se izará orgullosa, en nuestro país, a la media noche, la bandera de América, mientras algunos lloramos la pérdida de nuestro yo desnudo, que ya ni siquiera se deja ver entre las vestiduras destrozadas.” (Alejandro GR)

¡Ah! Se me olvidaba, como esta noche el descanso es poco viable, dado que la “tradición” de mi querido Halloween es ir por ahí molestando a la gente de casa en casa, evitando que una persona pueda dormir para descansar y levantarse el día 1 de Noviembre, temprano, para ver y honrar a sus caídos como era tradición aquí, hay una costumbre más que tengo por hábito realizar, consistente en apagar todas las luces, cerrar todas las puertas y ponerme una película, ¿De terror? No, no, para demostrar mi apego a esta “nueva tradición” tiene que ser de amor, y mientras más romántica mejor…

EL JOVENCITO HABLADOR.

domingo, 14 de octubre de 2012

Lo que somos, nuestra España.


“Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo.”  (Voltaire)

Extraña esencia posee la naturaleza, de un lado muestrase sublime y hermosa, con rostro paisajístico que bien podría denominarse paraíso, y tres pasos más allá, es capaz de enseñar un lugar tenebroso y pútrido, capaz de provocar naúseas y pavor a todo aquel que se adentra en ella. Unos días la ves serena como el mar un soleado día de verano: azul, cálido y apacible; y otros, es un torrente de furia desbocada que arremete sin mesura contra todo lo que ella misma ha creado, como un tornado enfurecido que acomete desmesurado y desatado, arrasando todo lo que halla a su paso. Esta esencia irracional que posee la Naturaleza, vive también en nosotros aunque intentemos racionalizarlo todo, así, entramos en una contienda eterna cuyos abanderados son la razón y la pasión, una lucha que guía cada una de nuestras decisiones sean del tipo que sean. Por suerte, los humanos somos seres racionales, esto es, los únicos que se rigen por la razón, o al menos eso creía yo hasta que vi la verdadera realidad en nuestra sociedad. Nuestra ilustre España se jacta de ser un país inteligente, con sentido común, tolerante, libre, bondadoso… Y yo cuando veo las últimas manifestaciones, que recordemos son un derecho del ciudadano, solo observo auténticas batallas campales, guerras de sinrazón, luchas de irracionalidad, contiendas entre ciudadanos que crean cuerpos para protegerse y ciudadanos que pertenecen a esos cuerpos, formados para proteger a ciudadanos contra los que acometen. Lo que me lleva a una conclusión que hila perfectamente con todo lo que vengo diciendo: muchos humanos sin cerebro son libertinos, destructivos, provocan el caos e insultan, por lo que, para ellos, hemos de crear grupos que impongan el orden, pero como dentro de los cuerpos del orden también hay gente descerebrada lo que se provoca es desorden y libertinaje y, a la vez, imposición y tiranía, conductas desagradables, corrupción y mal por doquier; a pesar de todo esto, seguimos pensando, los que pensamos, como ilusos, que somos una España libre, ordenada, tolerante y disciplinada cuando la irónica realidad es que los ciudadanos con cerebro estamos atados con grilletes de acero a unas normas sociales que ni siquiera nosotros elegimos, creyendo que eso nos hace disciplinados cuando la certeza es que las normas se rompen día a día, no siendo, pues, una sociedad libre y disciplinada sino una sociedad libertina y desvergonzada.
EL JOVENCITO HABLADOR

sábado, 22 de septiembre de 2012

El Jovencito hablador. Lo que soy.



“No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.” El club de los poetas muertos.

Cuantísima gente vive en un silencio espantoso… Nuestra España actual nos oprime, nos ahoga y termina por estrecharnos contra su pecho hasta que ya no nos queda aire. Todos vemos y sentimos la presión y no hacemos nada, nos quedamos quietos como esculturas mudas e inertes, bajo una luz tenue,  expuestas en amplias salas de un enorme museo. “Robert Frost dijo: dos caminos se abrieron ante mí, pero tomé el menos transitado y eso marcó la diferencia" (El club de los poetas muertos). Es el momento de abandonar el rebaño aunque su balido suene con molesto eco y empezar a hablar, a criticar la situación, a enfrentarnos con los males que padece nuestra tierra porque España nos necesita.

Desde que empecé a escribir y decir que es un placer para mí hacerlo, vivo en una lucha interna, tal cual contiende el día con la noche, porque todos quieren que escriba una novela y venda, esto oígolo constantemente, como si escribir por “amor al arte” fuera una pérdida de tiempo, así, la expresión “por amor al arte” es básicamente “perder el tiempo”.  "No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (...). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos" (El club de los poetas muertos). Lo mío es escribir por el placer mismo de la escritura, no por el maldito dinero, a ese ya dedico bastante tiempo a lo largo del día; pareciera que hoy día no existiera el gusto por el arte como tampoco existe ya el romanticismo, la belleza o el amor, luego, nada nos mantiene vivos y así anda el rebaño, errante, todo muertos en vida, todo cadáveres descerebrados que se mueven buscando el Dorado.

Así vive nuestra España repleta de gente silenciosa que ve y siente los males pero no es capaz de criticarlos por no escoger el “camino menos transitado”, el camino de la crítica y la acción; así vivimos todos, mudos, a las órdenes de los pocos que mandan y gobiernan, sin amar otra cosa que billetes de papel y monedas de metal, incapaces de ser humanos libres, solo esclavos incapaces de sentir, disfrutar, vivir y amar. Sepan que aunque este blog es pequeño y no me reporta beneficio, es mi oficio y mi placer, porque amo escribir y “el amor es fe no ciencia” (Francisco de Quevedo) porque “Las teorías, las doctrinas, los sistemas se explican; los sentimientos se sienten.” (M. J. De Larra). Yo hace tiempo que abandoné el silencio, os espero…
EL JOVENCITO HABLADOR

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Carta anticipada a los Reyes Magos.


Queridos Reyes Magos…

“¿Qué gente hay allá arriba, que anda tal estrépito? ¿Son locos? (Moratín, Leandro Fernández, Comedia Nueva).

¿Q
ué es esto?, ¿Qué silencio? Las calles andan vacías, los caminos desiertos, solo se oyen mis pasos y el silbido del viento ¿y los coches?, ¿y las gentes?, algo me he perdido… Parece que ahí se oye jaleo, en esa estructura gris llena de luces navideñas se escucha murmullo, ¿será que la intelectualidad vuelve a llenar los teatros? “El corte inglés” no me suena a teatro… Puertas de cristal que se abren, la marabunta de gente que inunda el lugar, se aturrullan en tropel y como un coro que al unísono resuena, como una turba insolvente de fieles devotos, rezan a su dios venerado, “regalo, regalo, regalo…” y éste les responde “gastaaad, gastaaad… compradmeee, compradmeee…”; hay de todo para comprar; la misma pregunta se oye en las colas insufribles: “¿qué haces por aquí?” (No sé, es 5 de Enero, estoy en un centro comercial, vengo a… ¿cómo lo digo para que lo entienda…?) Y la misma respuesta siempre, “pues, ¿con las compras de reyes…? (solo me falta alabarle por la genialidad de la pregunta…)

Los reyes deben ser aquellos señores (también llamados empresarios) que están frotándose las manos mientras  el hombre del tiempo les predice que nevarán billetes en sus bolsillos, ¡qué bien! Vamos a erradicar la pobreza dándole al que más tiene… ¿y la crisis?, ha desaparecido, se ha desvanecido, se ha ido a Belén… que no, no se preocupe, lo que pasa es que no pagan con dinero, son magos los reyes… Cantemos, cantemos, pues, “ya vienen los reyes magos ya vienen los reyes magos caminito del corte inglés…”

Iré, pues, a buscar la mirra, el incienso y el oro, a ver, LCD, Play station y ropa… me da a mi que los reyes no van a estar al día… Dios que descuido, mucho centro comercial, muchas luces y ¿dónde aparcan los reyes los camellos? ¡Oh no! Me han rodeado, es una cola, ¡sálvenme!... Bueno, mientras la señora de delante cuela a toda su familia, la dependienta conversa y cuchichea con la abuela y el señor de detrás intenta montarse encima de mi espalda vomitando toda su mala educación sobre mi cortesía, escribiré un chistecito que recuerdo haber leído en no sé que lugar y que ahora me viene muy al dedo para pasar este fastidioso rato. Dice así:

Una mujer visita su ginecólogo y le dice que no se siente bien, el doctor la examina y le dice: -“Señora, mis felicitaciones, va a ser madre”, ella, entre enojada y sorprendida responde: -“no puede ser, es imposible, yo no he tocado a un hombre en mi vida”; al oír esto, el médico se dirige a una mesa, coge unas gafas, abre la ventana y se queda oteando el cielo. La mujer extrañada pregunta:
-“¿Doctor que hace usted mirando por la ventana?”, a lo que este responde: “Señora la última vez que se dio un caso como el suyo, vinieron tres reyes magos y esta vez no me lo pierdo”… (Fuente, alguna página de Internet)

Discúlpenme majestades, soy muy dado a esto de las digresiones, tengan pues paciencia vuestras mercedes, porque nunca acerté a escribir de otra manera; antes suelo distraerme del camino y así “llevando viaje para Alcalá suelo salir junto a Zaragoza y como de esas veces me anochece en Huete (Cuenca) y salgo a la mañana por los cerros de Úbeda, que les voy a contar a ustedes que vienen por Holanda…” (M. J. De Larra)

Ya que desempolvé la pluma para escribir en tan señalada fecha, decidí dedicar mis líneas a las peticiones que tocan por estos días, no porque fuera yo mendigo y necesitara nada, sino, porque, más bien, mana en mi el deseo de escribiros y bulle el anhelo de recordaros, bellos tiempos otros, ya pasados…

Podría iniciar mis peticiones, usando de la falsa modestia de este mundo y decir que he sido bueno (como si llevara todo el año vendiéndome, estrechando una mano falsa a quien lo necesita, escupiendo falacias en alabanzas a quien lo merece, amando con la cabeza y no con el corazón…) y entonces, tras venderme por unos euros, pedir una ristra de inútiles objetos creados para convertirnos en consumistas empedernidos; o bien, podría intentar parecer mejor aún y pedir aquello de la paz, la felicidad, y la erradicación del hambre, pero, siempre me topo con el mismo problema y es que cuando intento escribir una mentira se me hielan los dedos, se me traban las letras, y una vocecilla, que las personas han cambiado por la de la televisión, me habla susurrando y me recuerda quién soy y qué soy; es por ello que lo único que quiero, señores reyes de Oriente, es que me sigan concediendo esta lucidez, que me permitan seguir andando como un caminante que hace su camino, y que mi vida siga siendo como una obra que se va hilvanando; y sobre todo, que me dejen ver esos ojos verdes en cada momento, que me dejen disfrutar de esa sonrisa radiante  cada minuto, que me dejen vivir junto a ella cada instante, pues más bello y hermoso que ella, más interesante y más divertida que mi princesa no hay nada caballeros, nada…

EL JOVENCITO HABLADOR

martes, 18 de septiembre de 2012

Carta a Alissa.


Querida Alissa:

N
umerosos días ha que vengo yo deseoso de te escribir y sosegado ya de tanto sinvivir, dedíqueme a te servir… 

Ahogado de todo el saber de cuantiosos días dedicado a él, quise esta vez aunar amor y belleza para te deleitar, mas, no sé si es lo mío esto del deambular por entre los escollos del intrincado laberinto del narrar, ni más aún si sabré acertar a servirte, o quizás hiciera mejor dejando al silencio hablar, pues ya dijo algún ilustre sabio que si no tienes nada importante que contar mejor harías en callar; pero, ya me conoces, todo mi gusto es complacerte y mi oficio servirte mas no sé en qué otra manera sino es  con mis construcciones bellas y sinceras repletas de letras vertidas cuales flechas certeras, pudiera yo alcanzar tu corazón, morada cuya prisión es toda mi liberación; flor  que pretendo rociar con el goce estético de esta composición y semilla que quisiera yo regar con el encanto y esplendor del lenguaje nacido de la combinación del fruto de mi amor y el gusto por el arte;  hermoso artificio, dificultoso oficio, perfecta coalición, deleitosa conjunción; humilde jardinero quiero ser y perenne cultivador que no repose ni huelgue, huésped que tú corazón nunca ha de abandonar por no desfallecer en la soledad del dolor, y caer en el error de marchitar la más bonita flor que supo servir este servidor.

Artificio y dificultad, delicia y atracción han introducido esta breve narración, impregnada de curiosa beldad pero vacía queda y llena de vanidad, mas no desespere tu paciencia, princesa, pues no ha llegado aún el final, el turno del escritor va tocando el crepúsculo y su final y la aurora del artífice  que mueve toda la narración se alza para ocuparse de susurrarte, con claridad, abriéndose paso entre la selva enmarañada del narrador que no acierta a expresar la realidad  sin perderse en la dificultad; de toda esta lucha de ambos, que combinados se prestan a impresionarte, alzose la voz de mi corazón, el verdadero narrador, y díjome que te escribiera lo que a continuación escribo y  no alcancé yo a entender…

“Allá en la tierra que frecuentas y que gustosa visitas, orilla y mar se funden, ella cálida y brillante, hermosa, mas si te acercas maravillosa; él, frío y sereno, temible en apariencia, bello en su interior, creador de gaya ciencia. A nadie interesa su alianza, sino a un curioso y avizor observador que cuidadoso adopta el papel de espectador, contemplando cómo ambos se separan tras el dulzor de su unión y cómo parte de él queda con ella y parte de ella vase con él…”

EL JOVENCITO HABLADOR

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Desaires del jovencito hablador. Reírse un poco no va nada mal


De un viejo demente:

Para mi chica sonriente…

Señorita, a mi que por nombre pusiéronme Alejandro, y que por oficio no tengo otro que el de creer ser escritor, muéstrome ante usted, hoy, en tareas de doctor.
 Dicen de los dolores, los filósofos modernos, que cúranse sonriendo, y yo, que, sabio soy en la materia, pues de la ijada y de otros males que trae la vejez, no curo, en oyendo esto, pásome ahora el día con una sonrisa de oreja a oreja como payaso enhiesto. Así vínome no ha muchos días un joven graciosillo que díjome: “oiga señor porque anda usted como el feo de la película el jorobado de notre damme”, dichosos jovencitos… Con amplia sonrisa, más por recomendación de filósofos que porque quisiera mantenerla, respondile: “pues hijo, porque así puedo estar a tu altura…” Este y otros sucesos parecidos que me acaecieron lleváronme a no poder mantener la terapia de la sonrisa, así, en viendo que la filosofía de la risa caía por su propio peso, similar a la torre de Pissa, acudí a otros filósofos para que me guiaran con su excelsa sabiduría. Uno de ellos decía que hemos de eliminar el deseo para poder sesgar, acabar con el dolor, como aquella idea parecióle buena a mucha gente que incluso lo sigue como guía espiritual, a mí parecióme también una buena terapi; así, impregnado, pues, de esta nueva filosofía, fui prescindiendo de todo lo que deseaba: Ir a una playa nudista con chicas jóvenes desfilando sin ropajes, frecuentar alguna librería llena de libros viejos como yo, dejar de comer, dejar de beber, dejar de orinar, dejar de… Al tercer día cambié el filósofo consolador por el médico remediador, y no por abandonar mi nueva filosofía, sino porque más bien mi maltrecho físico se hizo aguas y rías. Por último quise entregar mi alma a un Dios porque me prometía su libro que rezando en su templo se me curarían mis dolores, pero después de tres meses de rezos no hallé consuelo, entonces, fuíme a una iglesia y le dije al cura: “Llevo tres meses de rezos, ¿Cuándo se me acaban los males?” a lo que el cura me respondió: “Cuando dejé usted su cuerpo y pase a la siguiente vida..” Obviamente abandoné la religión, yo quiero que mis males se curen ahora, estando muerto ¿para qué quiero estar bien?.. ¿De lógica no?.. Pues parece ser que no…

            Como ves, lo mío no es la filosofía balsámica o ser doctor pero seguro que con estas letrillas que te he dejado te ríes un poco y te olvidas de todos los males. Lo olvidaba, si alguien ve a un tal Alzheimer que me lo haga saber porque estando ayer en el sofá perdí mis gafas y  le pregunté a mi nieto: -“nieto, nieto, cómo se llama el idiota alemán ese que va por ahí escondiéndome las cosas…”- y me dijo: -“Alzheimer, abuelo, Alzheimer…”

jueves, 30 de agosto de 2012

Para los románticos y románticas.


Al Sr. Román Tico:

Amigo mío, te escribo desde la verde y azulada costa mijeña,  con el objetivo de contarte lo que con anhelo vengo esperando y deseando. No sé si mi letra será capaz de expresar lo que con ella pretendo, pero espero que tu audacia sepa captar lo que mi maltrecha expresión tenga por bien obviar. Apenas conocerías esta tierra si no fuera porque dedico algunos descansos de mis breves períodos de ocio a dibujarte cómo por aquí la montaña suele fusionarse con la mar salada y cómo el sol corona la cima más alta, bañando la montaña de pinceladas doradas y la mar de franjas plateadas. Te preguntarás porqué encuentro hoy las palabras necesarias para dedicarte una carta bien versada, y la respuesta la tiene la aurora que en su brillo deja venir a la estrella más hermosa: una nereida, una sirena, una musa, una rosa, una diosa; todo ello es ella y corto quedo cuando intento describirla, es por eso que hoy he de acudir a ti, querido amigo, pues no es mi pluma lo fluida y experimentada que yo quisiera para poder decirle que no cabe en letras, canciones o poemas lo que mi corazón me dice cada mañana y cada noche sobre ella; mas que puedo hacer yo, si en mis intentos he fracasado, si no invocarte para pedirte que le hagas llegar todo lo que aflora dentro de mi cuando la veo aparecer por entre la gente.

El Jovencito hablador.


Al Jovencito hablador:

Me place comprobar que aún sigues  dedicando algunos de tus descansos al artificioso arte del escribir en este mundo “tecnológico” que nos ha tocado vivir. Me alegra mucho saber que todavía quedan jóvenes que se acuerdan de mí, para complacer con mis artes al tesoro más preciado que emana del dulce sabor de un beso que hace vibrar, al unísono, dos corazones en un sueño inmersos.
El amor, ese al que tanto quieres y tanto has de temer, ese que es tu mejor amigo si cuidas con acierto y si sabes dejarme sorprenderla alguna que otra vez, ese, que maravillas dice de ella y de ti, ese, no necesita que intentes explicarle lo que dentro de tu pecho aflora cuando ella te despierta bajo el brillo de una nueva aurora, es más, tampoco ella necesita que la atiborres de intentos de explicar lo inexplicable cuando dentro de ella viven las mismas sensaciones. Es esta la magia del amor y yo el mago que se encarga de preparar una nueva sorpresa cuando lo dicte tu corazón. De  la magia, lo sorprendente es que no permite que nadie la rebaje a lo racional sino que se eleva al mundo del sueño y de lo ideal. Querido amigo, recuerda siempre esto que te digo: lo que hay entre vosotros es la magia del amor, llama que ahora aviváis con vuestro mutuo calor, fuego que arde esplendoroso con cada momento de pasión, con cada beso, con cada mirada, con cada caricia, con ese mutuo e ingenuo candor; por ello, te pido, que no intentes explicar nada, que ella, con un beso, sabrá toda la historia sin necesidad de ser narrada. Por supuesto, jamás te olvides de mí, para mantener el amor recuerda que has de sorprenderlo y sorprenderla y, ya sabes, que para eso formamos tu y yo el mejor equipo.

Sr. Román Tico.

viernes, 17 de agosto de 2012

Devenir.

" A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante" Oscar Wilde.

No elegimos cuando las grises nubes nublan un sol primaveral, ni cuando un conductor ebrio abate a un ser querido. No elegimos el día en que la penumbra oscurecerá nuestros ojos, cerrándolos para siempre y envolviéndolos en sombras hasta divisar la postrera luz, ni cuando Cupido enlaza el alma de dos personas. Simplemente vemos venir los acontecimientos, como espectadores de un gran teatro, e intentamos que nos favorezcan sabiendo que nuestra intervención no servirá de nada.

            Desesperados, contendemos por mejorar lo que nos rodea, luchamos con la misma fuerza que arremete un mar embravecido contra el rocoso acantilado, y sin embargo, la enhiesta muralla no cede un ápice, es fría e indiferente, tal así es la vida… Un día te levantas y sientes como todo fluye, hay calma y luz,  el mundo es un bello hogar donde hallar sosiego y alegría, pero esta paz no es perdurable, deviene y cuando eres consciente, ya se ha desencadenado toda una ráfaga de hechos que van oscureciendo un día tras otro, en un devenir tenebroso... Lees aquello de “tras la tiniebla la luz” y empiezas a creértelo porque anhelas alivio, pero lo cierto es que nunca sabes si brillará otra vez el día como lució en aquel primero.

            Este blog se creó en tiempos lúcidos con alegre pluma y felicidad vital, ahora hemos de despedirnos, un tiempo al menos, porque así lo ha querido mi sino. Cuántos artículos, cuántas imágenes y cuántos sentimientos escritos con tinta vulnerable pero en el tiempo perdurable…

Entre lágrimas me despido
de vuestra buena compañía,
con letras, dulce melodía;
con versos, líneas con sentido.

El J. hablador ha vivido
entre vosotros; es su hora,
su despedida el lector llora
J. Hablador, no caerás en el olvido

Letras, versos, perfecta sinfonía.
 ¿Adios?, mejor si es con poesía

EL JOVENCITO HABLADOR.

domingo, 12 de agosto de 2012

Déjame escribirte un día más.




Diosas inspiradoras de la música, divinidades que hacéis de las letras hermosas sinfonías. Desde aquí os invoco para que permitáis, hoy, que vuestro canto sea el himno que lleve el aire que yo respire; dejadme exhalar la inspiración que convierta mis palabras en sublime melodía que a oídos de ella sea dulce eco que su corazón haga vibrar…

Querida Jessica:

Nada ocurre sin un porqué o quizás sí… Eso no lo sé, pero estoy seguro de que nada sucede sin que cada uno de nosotros le busque algún sentido. Jéssica, ya sabes que me encanta la mitología, dice mucho del ser humano y del mundo, y de entre tantos extraños y curiosos seres, especialmente, me atrae, por su majestuoso ser, el Ave fénix, porque se enfrenta a la muerte y la vence para volver a hacer frente a la vida, y desafiarla de nuevo, sin temor,  siempre altanera, siempre elegante…

                Recuerdo cómo se dibujaban en tu juventud los cuadros más bellos de una vida y cómo se iban tiñiendo de negro con el paso de los días. Cuando fuiste consciente, buscaste una luz que te guiara, un camino que te permitiera la huída, mientras te aferrabas con ahínco a lo que más amabas y querías, ¡Desagradecido corazón que tus inocentes ojos hizo llorosos!.. Empezaste a dudar de la belleza que podía ofrecerte la vida, a la vez, que tus lágrimas empañaban los cuadros bellos que tu memoria evocaba. Tu dolor y tu lamento sonaban en ti, con la misma fuerza que el tronar estruendoso de una tormenta en su poderoso estallido, pero en los demás, con un silencio igual a la calma que la precede. Cuando te conocí brillabas con el fulgor de la aurora, sin embargo, yo me encontré con unos ojos temerosos que habían perdido el brillo del que ahora presumen; aquel día, en tu mirada solo vi un alma abatida a la que le cansaba la vida. Durante días, busqué sin cesar, la forma de que renacieras, de que volvieras a brillar, y cuando ya hube agotado todos mis intentos, recurrí a lo único que sé hacer, escribir. Perdiéronse miles de hermosos pensamientos en papeles arrugados, no era capaz de darle fin a aquella carta con la que deseaba devolverte la ilusión y, hastiado, dejé que la redactara mi corazón, sin ponerle trabas, y de sus palabras vi al majestuoso Fénix resucitar, tras la caída más dura, la resurrección más noble. Volviste Jéssica, más hermosa que nunca y lo sé porque tus ojos eran dos hermosos luceros. No sé si fueron mis letras o la coincidencia, pero si sé que seguiré escribiéndote las palabras más bonitas que me dejes por intentar que tu aura brille cada día con más fuerza.

EL JOVENCITO HABLADOR.

viernes, 10 de agosto de 2012

Las cosas acaecidas en una granja. Anónimo.



Ayer, un muy amigo mío que se inicia en esto de ser escritor, pidióme un lugar aquí en este pequeño blog para permitirle publicar su pequeña obra. Yo, queridos lectores y lectoras, que me gusta  leer de todo, tanto a los clásicos como a los que se inician, no pude negarle este pequeño favor y, así, lo que esta semana os traigo es un pequeño relato escrito con frescura de mano joven, por ello, os pido ser clementes en cuanto a la crítica pero no que dejéis de ser críticos.

El jovencito hablador.


CUENTO DE LAS COSAS ACAECIDAS EN UNA GRANJA

Érase una vez, en una pequeña granja de un recóndito pueblo al sur de España, por un camino arenoso, en una mañana estival de sofocante sol, que caminaban dos graciosos pollos de pelaje amarillo, ojos negros y pico anaranjado…

-Pillopollo: están locos estos humanos, pues no andan todos asustados porque hemos cogido un inofensivo resfriado…
-Picopollo: Nada, nada, no hagas caso, llevan temerosos desde que nacieron, no hay nada que les guste más que anunciar catástrofes para luego asustarse…
-Pillopillo: ¿Lo dices por eso del 2012?
-Picopollo: Por eso, y por lo del nuevo milenio,  por eso que dicen del cambio climático…
-Pillopollo: Calla, calla, que al final me vas a contagiar… Gallinas…

Se oye un murmullo a lo lejos…

-Picopollo: Mira Pillopollo, allí se oye algo, acerquémonos…

Ambos pollos se dirigen hacia el murmullo. Entre la fina hierba que flanquea el camino, amparados bajo la sombra de la copa de un frondoso árbol, un corro de gallinas oye con atención a un gallo que se presenta como un ilustre trovador:

-Gallo trovador:             “Acercaos, acercaos, y coro formad;
                                          reuníos en torno a mí y escuchad
                                          que una buena historia os vengo a contar.
  De reyes, damas, castillos, historia sin par…”

Los pollos, curiosos, se colocan en torno a él y el gallo comienza con su historia…

-Gallo trovador: “…Corría por entonces la época de los filos de acero y las puntas de flecha, de los himnos de guerra y las luchas encarnizadas, de las armaduras relucientes recién forjadas… En una pequeña granja de nuestra Europa, situada más allá del gran bosque, reinaba un Gallo de pelaje oscuro, pico prominente y profundos ojos negros cuyo oficio era ser despiadado. La crueldad de este rey era bien conocida por las gentes de su pueblo siendo tal, y tanta su maldad que acabó ganándose el apodo de “Demonio” tanto por su maldad como por sus aterradores hábitos... Este cruento rey odiaba todo y a todos pero, sobre todo, odiaba los robos, así que propinaba castigos y torturas durísimas a todo aquel que birlaba algo, tal fue su cruzada contra los ladrones y tal su crueldad con ellos, que se cuenta que, tras los primeros años de su reinado, decidió colocar sobre un bebedero que había en el centro de su granja un pequeño cuenco de oro sobre el que poder beber; durante todos los años que reinó, el cuenco dorado permaneció intacto, nadie fue capaz de robarlo…
-Picopollo: pues igual que ahora… Que sales de tu casa y ya te están robando…
-Pillopollo: no necesitas ni salir de tu casa…

El gallo calló un instante y se oyeron los murmullos entre las gallinas, comentarios de sorpresa se mezclaban con comentarios de admiración…

-Gallo: Silencio mi querido público que la historia sigue y va incrementando el suspense y la intriga a la vez que prosigue…
Nuestro rey gallo era cada vez más y más temido por las torturas que ejecutaba sobre mendigos, pobres y todo aquel que opinaba en su contra o que consideraba un desecho para su sociedad.
-Pillopollo: no dista mucho de lo que es cualquier tirano dictador…
-Picopollo: no dista mucho del tema de siempre, aquí por España…
Gallo trovador: …Pero lo que realmente hizo legendario a este despiadado rey…
-Picopollo: Seguro que fue, que lideró alguna batalla, mató a miles de personas y se convirtió en otro de nuestros “héroes” históricos. O mejor, escribió, pintó o compuso alguna obra increíble que produjo un “olvido” de todo el mal que hizo en vida,  en las generaciones posteriores… No, no, va a ser que se hizo Papa…
-Pillopollo: Esa va a ser, rezó dos Padre nuestros, se dejó guiar por la mano enderezadora de un sacerdote y…
-Picopollo: Nunca mejor dicho eso de mano enderezadora…
-Pillopollo: La iglesia de pollos cristianos, seguramente acabó por limpiar su alma, sí… esa que queda en los escritos…
-Gallo trovador: …Fue, que cuando caía el sol, en el crepúsculo, cuando los caminos del corral se convertían en peligrosas sendas aterradoras, nuestro rey salía solo, sin compañía  y cuando se encontraba con alguna gallina descarriada, de un bocado en el cuello la sangre le chupaba…
 Coro de gallinas: Qué espanto, ves porque te digo que no salgas por la noche hasta tarde… Qué miedo…
-Picopollo: Otra de vampiros…
-Pillopollo: Pues acabo de comer gazpacho y bien lleno de ajos, como se acerque alguno…
-Gallo trovador: …Pero, no temáis, pues, mis queridas amigas, este tirano rey escondía el corazón que todo buen gallo tiene, y en una noche, en una de sus salidas en  busca del néctar que tanto le gustaba saborear y del que se alimentaba, la sangre, se topó con una bella gallina de pelaje suave y dorado; sus ojos eran dos esmeraldas y su pico carmín; toda ella era una rosa perfectamente moldeada, tan hermosa, que no pudo el instinto asesino de nuestro despiadado rey, con su corazón que latía descontrolado; una mirada… dos enamorados…
-Picopollo: Últimamente hay mucha tendencia al enamoramiento raro…
-Pillopollo: ¡Qué feo debo ser! Ni el alpiste me hace ojitos…
-Gallo: …La hermosa gallina, al ver al conocido, extraño y cruel rey, escapó, veloz, sin dejar siquiera que el rey gallo articulara palabra alguna…
 A la vuelta del rey a su castillo reunió a su personal de confianza y mandó iniciar la búsqueda de aquellos verdes ojos… Pasó la noche y ni rastro de la angelical sonrisa. Por primera vez en los veinticinco años de reinado, el despiadado rey, ansiando encontrarla,  caminó y caminó, sin descanso, por los caminos arenosos bajo los rayos de luz solar…
Pillopollo: ¿Cómo es posible? Si los vampiros no pueden salir a la luz del sol…
Picopollo: ahora si…
Gallo trovador: …Buscando desesperadamente a la bella gallina, y, finalmente, en la orilla de un río, la halló, sorbiendo del líquido de la vida. El rey se acercó sigiloso pero el crujido de la hojarasca alertó a la gallina que al verlo y al verse sin salida, dijo así:
Gallina: ¡Oh! Mi querido rey ¿por qué eres tan cruel y despiadado?, ¿por qué acabas con la vida de los que son como tú, si en tus ojos hubo un día ternura y caridad?
Gallo trovador: …a lo que nuestro rey respondió:
Rey Gallo: mi bella gallina… ¿no hacen lo mismo los humanos? Que por placer y  riqueza acaban los unos con los otros, y aún peor, no solo con ellos sino con todo aquello que les rodea.
Gallina: mi querido rey, ¿acaso eres tú un humano..?
Rey Gallo: Es obvio que no.
Gallina: Y dime, entonces, ¿porqué te comportas como ellos?
Rey Gallo: porque a pesar de todas las barbaridades que hacen, a pesar de que no respetan nada ni a nadie, son los que siguen dominando este gran reino que es nuestro mundo.
Gallina: Te equivocas querido rey, este mundo no tiene reina ni rey;  a esos a los que tú llamas reyes del mundo se les puede oler el miedo porque saben que están acabando con su propio sustento y saben que su reinado va tocando a su fin, al igual que tu reino se desmorona hoy…
Gallo trovador: Tras estas últimas palabras, a lo lejos, se oyeron voces y pasos, el rey Gallo y la bella gallina miraron hacia donde se escuchaba el estruendo; todos los pollos, gallinas y gallos de aquella granja aparecieron empuñando armas y antorchas, entre la masa se oían gritos que decían: ¡nuestro rey nos ha traicionado, prendedle, no la toquéis maldito rey!..
Cuando el rey vio todo aquello comprendió que nunca nadie gobierna nada, que la maldad no lleva a ninguna parte, solo a la destrucción de uno mismo y que aquellos que él consideraba inútiles le habían dado una lección de humildad, bondad y valentía. Nuestro rey, sabedor del error que había cometido por imitar a aquellos que él consideraba que poseían las riquezas y el reino del mundo cayó en la cuenta de que aunque lo tuvieran hoy todo, mañana no tendrían nada y peor aún no sentirían nada porque buscando la riqueza, el placer y el poder perdieron el alma y el corazón; tal fue su tristeza por todo ello, que con los ojos llorosos y clavado de rodillas en el suelo de aquella rivera, mientras miraba a su pueblo, pidió perdón y con su espada  atravesó fríamente su corazón…”

Se oye el murmullo creciente del coro de gallinas que comienza a intercambiar opiniones y a conversar sobre toda aquella historia. Los dos pollos se acercan al Gallo trovador:

Pillopollo: señor Gallo, si  el rey es un vampiro ¿porqué muere después de clavarse la espada en el corazón?
Gallo trovador: ¿Quién dice que muere...?
Pillopollo: Una pregunta más señor Gallo, si el pollo tomaba sangre porque con ella disfruta y además se alimenta ¿qué tiene que ver con los humanos?
Gallo trovador: Pues todo mi inocente pollo, ellos comen para alimentarse y cuando ya se han nutrido comen por placer sin importarles nada más que saciar su apetito.
Picopollo: Señor Gallo, yo también tengo una pregunta…
Gallo trovador: Adelante…
Picopollo: ¿cómo es que después de toda la noche buscando a la gallina, sale el gallo y la encuentra bebiendo tranquilamente en la orilla de un río?
Gallo trovador: Mi pequeño amigo, toda historia tiene su parte de ficción; quien oye, lee o ve una historia pacta de antemano las pequeñas falacias que le propone el autor para disfrutar de su obra, eso sí, al menos ha de haber algo de verosimilitud…

A lo lejos se oyen unos pasos que interrumpen la conversación, un humano corpulento de pelo oscuro y ojos castaños se acerca al corrillo de gallinas:

Humano: (gritando) ¿Qué hacéis todas aquí? Venga, a poner huevos.

Las gallinas, asustadas, se separan correteando a un lado y a otro…

Nuestros dos pollos se dirigen al bebedero que hay a escasos pasos del árbol frondoso en el centro de la granja, sonríen y beben del cuenco dorado que hay situado en el centro:

Picopollo:  (susurrando) Acabará disculpándose…

Se acerca el humano a los pollos:

Humano: ¡Fuera de ahí!
Ambos pollos: Pío, pío…

Anónimo.