viernes, 10 de agosto de 2012

Las cosas acaecidas en una granja. Anónimo.



Ayer, un muy amigo mío que se inicia en esto de ser escritor, pidióme un lugar aquí en este pequeño blog para permitirle publicar su pequeña obra. Yo, queridos lectores y lectoras, que me gusta  leer de todo, tanto a los clásicos como a los que se inician, no pude negarle este pequeño favor y, así, lo que esta semana os traigo es un pequeño relato escrito con frescura de mano joven, por ello, os pido ser clementes en cuanto a la crítica pero no que dejéis de ser críticos.

El jovencito hablador.


CUENTO DE LAS COSAS ACAECIDAS EN UNA GRANJA

Érase una vez, en una pequeña granja de un recóndito pueblo al sur de España, por un camino arenoso, en una mañana estival de sofocante sol, que caminaban dos graciosos pollos de pelaje amarillo, ojos negros y pico anaranjado…

-Pillopollo: están locos estos humanos, pues no andan todos asustados porque hemos cogido un inofensivo resfriado…
-Picopollo: Nada, nada, no hagas caso, llevan temerosos desde que nacieron, no hay nada que les guste más que anunciar catástrofes para luego asustarse…
-Pillopillo: ¿Lo dices por eso del 2012?
-Picopollo: Por eso, y por lo del nuevo milenio,  por eso que dicen del cambio climático…
-Pillopollo: Calla, calla, que al final me vas a contagiar… Gallinas…

Se oye un murmullo a lo lejos…

-Picopollo: Mira Pillopollo, allí se oye algo, acerquémonos…

Ambos pollos se dirigen hacia el murmullo. Entre la fina hierba que flanquea el camino, amparados bajo la sombra de la copa de un frondoso árbol, un corro de gallinas oye con atención a un gallo que se presenta como un ilustre trovador:

-Gallo trovador:             “Acercaos, acercaos, y coro formad;
                                          reuníos en torno a mí y escuchad
                                          que una buena historia os vengo a contar.
  De reyes, damas, castillos, historia sin par…”

Los pollos, curiosos, se colocan en torno a él y el gallo comienza con su historia…

-Gallo trovador: “…Corría por entonces la época de los filos de acero y las puntas de flecha, de los himnos de guerra y las luchas encarnizadas, de las armaduras relucientes recién forjadas… En una pequeña granja de nuestra Europa, situada más allá del gran bosque, reinaba un Gallo de pelaje oscuro, pico prominente y profundos ojos negros cuyo oficio era ser despiadado. La crueldad de este rey era bien conocida por las gentes de su pueblo siendo tal, y tanta su maldad que acabó ganándose el apodo de “Demonio” tanto por su maldad como por sus aterradores hábitos... Este cruento rey odiaba todo y a todos pero, sobre todo, odiaba los robos, así que propinaba castigos y torturas durísimas a todo aquel que birlaba algo, tal fue su cruzada contra los ladrones y tal su crueldad con ellos, que se cuenta que, tras los primeros años de su reinado, decidió colocar sobre un bebedero que había en el centro de su granja un pequeño cuenco de oro sobre el que poder beber; durante todos los años que reinó, el cuenco dorado permaneció intacto, nadie fue capaz de robarlo…
-Picopollo: pues igual que ahora… Que sales de tu casa y ya te están robando…
-Pillopollo: no necesitas ni salir de tu casa…

El gallo calló un instante y se oyeron los murmullos entre las gallinas, comentarios de sorpresa se mezclaban con comentarios de admiración…

-Gallo: Silencio mi querido público que la historia sigue y va incrementando el suspense y la intriga a la vez que prosigue…
Nuestro rey gallo era cada vez más y más temido por las torturas que ejecutaba sobre mendigos, pobres y todo aquel que opinaba en su contra o que consideraba un desecho para su sociedad.
-Pillopollo: no dista mucho de lo que es cualquier tirano dictador…
-Picopollo: no dista mucho del tema de siempre, aquí por España…
Gallo trovador: …Pero lo que realmente hizo legendario a este despiadado rey…
-Picopollo: Seguro que fue, que lideró alguna batalla, mató a miles de personas y se convirtió en otro de nuestros “héroes” históricos. O mejor, escribió, pintó o compuso alguna obra increíble que produjo un “olvido” de todo el mal que hizo en vida,  en las generaciones posteriores… No, no, va a ser que se hizo Papa…
-Pillopollo: Esa va a ser, rezó dos Padre nuestros, se dejó guiar por la mano enderezadora de un sacerdote y…
-Picopollo: Nunca mejor dicho eso de mano enderezadora…
-Pillopollo: La iglesia de pollos cristianos, seguramente acabó por limpiar su alma, sí… esa que queda en los escritos…
-Gallo trovador: …Fue, que cuando caía el sol, en el crepúsculo, cuando los caminos del corral se convertían en peligrosas sendas aterradoras, nuestro rey salía solo, sin compañía  y cuando se encontraba con alguna gallina descarriada, de un bocado en el cuello la sangre le chupaba…
 Coro de gallinas: Qué espanto, ves porque te digo que no salgas por la noche hasta tarde… Qué miedo…
-Picopollo: Otra de vampiros…
-Pillopollo: Pues acabo de comer gazpacho y bien lleno de ajos, como se acerque alguno…
-Gallo trovador: …Pero, no temáis, pues, mis queridas amigas, este tirano rey escondía el corazón que todo buen gallo tiene, y en una noche, en una de sus salidas en  busca del néctar que tanto le gustaba saborear y del que se alimentaba, la sangre, se topó con una bella gallina de pelaje suave y dorado; sus ojos eran dos esmeraldas y su pico carmín; toda ella era una rosa perfectamente moldeada, tan hermosa, que no pudo el instinto asesino de nuestro despiadado rey, con su corazón que latía descontrolado; una mirada… dos enamorados…
-Picopollo: Últimamente hay mucha tendencia al enamoramiento raro…
-Pillopollo: ¡Qué feo debo ser! Ni el alpiste me hace ojitos…
-Gallo: …La hermosa gallina, al ver al conocido, extraño y cruel rey, escapó, veloz, sin dejar siquiera que el rey gallo articulara palabra alguna…
 A la vuelta del rey a su castillo reunió a su personal de confianza y mandó iniciar la búsqueda de aquellos verdes ojos… Pasó la noche y ni rastro de la angelical sonrisa. Por primera vez en los veinticinco años de reinado, el despiadado rey, ansiando encontrarla,  caminó y caminó, sin descanso, por los caminos arenosos bajo los rayos de luz solar…
Pillopollo: ¿Cómo es posible? Si los vampiros no pueden salir a la luz del sol…
Picopollo: ahora si…
Gallo trovador: …Buscando desesperadamente a la bella gallina, y, finalmente, en la orilla de un río, la halló, sorbiendo del líquido de la vida. El rey se acercó sigiloso pero el crujido de la hojarasca alertó a la gallina que al verlo y al verse sin salida, dijo así:
Gallina: ¡Oh! Mi querido rey ¿por qué eres tan cruel y despiadado?, ¿por qué acabas con la vida de los que son como tú, si en tus ojos hubo un día ternura y caridad?
Gallo trovador: …a lo que nuestro rey respondió:
Rey Gallo: mi bella gallina… ¿no hacen lo mismo los humanos? Que por placer y  riqueza acaban los unos con los otros, y aún peor, no solo con ellos sino con todo aquello que les rodea.
Gallina: mi querido rey, ¿acaso eres tú un humano..?
Rey Gallo: Es obvio que no.
Gallina: Y dime, entonces, ¿porqué te comportas como ellos?
Rey Gallo: porque a pesar de todas las barbaridades que hacen, a pesar de que no respetan nada ni a nadie, son los que siguen dominando este gran reino que es nuestro mundo.
Gallina: Te equivocas querido rey, este mundo no tiene reina ni rey;  a esos a los que tú llamas reyes del mundo se les puede oler el miedo porque saben que están acabando con su propio sustento y saben que su reinado va tocando a su fin, al igual que tu reino se desmorona hoy…
Gallo trovador: Tras estas últimas palabras, a lo lejos, se oyeron voces y pasos, el rey Gallo y la bella gallina miraron hacia donde se escuchaba el estruendo; todos los pollos, gallinas y gallos de aquella granja aparecieron empuñando armas y antorchas, entre la masa se oían gritos que decían: ¡nuestro rey nos ha traicionado, prendedle, no la toquéis maldito rey!..
Cuando el rey vio todo aquello comprendió que nunca nadie gobierna nada, que la maldad no lleva a ninguna parte, solo a la destrucción de uno mismo y que aquellos que él consideraba inútiles le habían dado una lección de humildad, bondad y valentía. Nuestro rey, sabedor del error que había cometido por imitar a aquellos que él consideraba que poseían las riquezas y el reino del mundo cayó en la cuenta de que aunque lo tuvieran hoy todo, mañana no tendrían nada y peor aún no sentirían nada porque buscando la riqueza, el placer y el poder perdieron el alma y el corazón; tal fue su tristeza por todo ello, que con los ojos llorosos y clavado de rodillas en el suelo de aquella rivera, mientras miraba a su pueblo, pidió perdón y con su espada  atravesó fríamente su corazón…”

Se oye el murmullo creciente del coro de gallinas que comienza a intercambiar opiniones y a conversar sobre toda aquella historia. Los dos pollos se acercan al Gallo trovador:

Pillopollo: señor Gallo, si  el rey es un vampiro ¿porqué muere después de clavarse la espada en el corazón?
Gallo trovador: ¿Quién dice que muere...?
Pillopollo: Una pregunta más señor Gallo, si el pollo tomaba sangre porque con ella disfruta y además se alimenta ¿qué tiene que ver con los humanos?
Gallo trovador: Pues todo mi inocente pollo, ellos comen para alimentarse y cuando ya se han nutrido comen por placer sin importarles nada más que saciar su apetito.
Picopollo: Señor Gallo, yo también tengo una pregunta…
Gallo trovador: Adelante…
Picopollo: ¿cómo es que después de toda la noche buscando a la gallina, sale el gallo y la encuentra bebiendo tranquilamente en la orilla de un río?
Gallo trovador: Mi pequeño amigo, toda historia tiene su parte de ficción; quien oye, lee o ve una historia pacta de antemano las pequeñas falacias que le propone el autor para disfrutar de su obra, eso sí, al menos ha de haber algo de verosimilitud…

A lo lejos se oyen unos pasos que interrumpen la conversación, un humano corpulento de pelo oscuro y ojos castaños se acerca al corrillo de gallinas:

Humano: (gritando) ¿Qué hacéis todas aquí? Venga, a poner huevos.

Las gallinas, asustadas, se separan correteando a un lado y a otro…

Nuestros dos pollos se dirigen al bebedero que hay a escasos pasos del árbol frondoso en el centro de la granja, sonríen y beben del cuenco dorado que hay situado en el centro:

Picopollo:  (susurrando) Acabará disculpándose…

Se acerca el humano a los pollos:

Humano: ¡Fuera de ahí!
Ambos pollos: Pío, pío…

Anónimo.

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