martes, 5 de febrero de 2013

A mi Alissa.


A mi Alissa:

"Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero." (Garcilaso de la Vega)


Ayer me dijiste que te marchabas y hoy estas aquí, con esos preciosos ojos perdidos en los míos ¡cómo brillan! ¡Cuánta ternura en una sola mirada! Estás ahí, mirándome, tan cerca que puedo oír el latir acelerado de tu corazón y, sin embargo, estás tan lejos de mí como para no poder siquiera acariciarte. La luna está en lo más alto del oscuro cielo, grande, hermosa, majestuosa, no puedo contener las ganas de besarte, de abrazarte… Comienzas a caminar  a la vez que miras atrás y me sonríes, jamás vi tanta hermosura; paseas bella, con paso delicado y elegante, como la noche en su hermosa esencia. Me tiendes la mano, tiendo la mía, pero solo alcanzo a rozarla y verla desaparecer, te desvaneces y solo queda la tenebrosa noche y el lóbrego parque por el que paseábamos… Abro los ojos y no estás, solo cuatro paredes que ahora parecen una cárcel de amor, estos son los sueños que me atormentan, querida Alissa, amarte y no poder alcanzarte. Y, finalmente, decides marcharte lejos, tan lejos que mis letras no conseguirán hallarte…

            Azaroso destino, tú me la entregaste y ahora me la arrebatas, se va a Alemania, ¡a Alemania!, y yo quedo aquí, triste, solo, sin vida… Se irá camino del aeropuerto, firme decisión sin retorno, destino tormentoso ¡Ten piedad de nosotros! Yo quedaré aquí, y viviré en la nostalgia, y lloraré en la partida, y temeré cada momento de  esta vida, y moriré, moriré en cada estrofa y en cada poema cuya tinta se empape de lágrimas de dolor, y, finalmente, reviviré, reviviré y le entregaré mi corazón, escribiéndole poemas que expresen la grandeza y eternidad de nuestro amor.


EL JOVENCITO HABLADOR


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