jueves, 31 de octubre de 2013


All Hallow’s Eve

Damas y caballeros, gentes del lugar, ¡oíd!, ¡oíd!, por caridad, las nuevas de este trovador que habla con sinceridad sin faltar aún a ninguna verdad. Reuníos, reuníos, en torno y escuchad su voz clara y limpia hilada en el arte del trovar. Se acerca, se acerca…Desde el frío norte, allá en la tenebrosa profundidad, camina hacia nosotros una fiesta que jamás supe loar y aun menos festejar; prestad atención, callad y mirad a los niños y las niñas asustar sin cesar, mientras la noche se llena de no sé que ropajes de oscuridad y americanadas que hieren el corazón de mi nacionalidad; pavor, miedo y temeridad; disfraces, vendas que vuestros ojos ciegan, no me queráis arrastrar. Pedid, pedid, caramelos y dulces, y pedid también un pañuelo suave y limpio para secar las lágrimas que la voz de mi tierra derramará, con su lamento, más allá, en su triste soledad…” El Jovencito Hablador .
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Ciertamente, son ya dos los años en los que la «noche de brujas» predispone a mi pluma que mejor se entiende con brujas que con musas. Siendo mi natural inclinación la crítica, es cierto que la tal festividad sufre todas las acometidas que debiera haber repartido en un mes y eso hace que sea una de mis fiestas favoritas. Pero este año todo es distinto, el pueblo español me ha demostrado que Halloween le gusta, lo extraño sería que no le gustara una fiesta, y que prefiere celebrar el pasear de los muertos, pintándose y colocándose todos los trapos negros que recogen en sus casas, a dar un aburrido paseo matinal a una tumba polvorienta donde no descansa ningún santo, es así, preferimos a los muertos, a las brujas y a los vampiros antes que a los santurrones; sí, está de moda estar muerto pero ser un muerto «guapo», nada de cara de putrefacción, piel amoratada ni rictus general, «antes muerto que sencillo» perdón, ¿sencillo?, ni muerto… Después, el día 1 de noviembre al mediodía veremos en las redes sociales una cantidad ingente de fotografías en las que aunque vayan todos con sangre, demacrados, rasgadas las vestiduras y expresión de «quiero asustar pero me da la risa porque no asusto ni a una gallina» siempre salen con el mejor de sus perfiles, su mejor pose, en un extraño intento de dar miedo sin perder la hermosura…

Yo, este año, he sentido fervientes deseos de formar parte de esta fiesta, me ha podido el querer pertenecer a la masa y en un arranque de «hallowinismo» (no sé qué opinaría la RAE de esa palabra, quizás la incluya pronto) he colocado un cartel en la puerta de mi casa que dice así:

«Doy todos mis caramelos y dulces a quién me sepa decir de qué palabras viene la expresión Halloween y a quién, después de revelarme su origen, diga correctamente en inglés All Hallow’s Eve», no se molesten en tocar los que no lo supieren». (Debajo coloqué una calabaza sonriente)

Dado que en España celebramos fiestas por celebrar, sin pensar por qué ni a quien veneramos, nos da igual que se llame Halloween, San Fermín o «día del trabajo», mientras sea una fiesta, nosotros a festejar... Pues, aquí sigo, comiendo caramelos sin respuesta y sin temer que respondan, ya que, aunque respondiesen, nos encanta todo lo que venga de América pero lo que es el idioma…





EL JOVENCITO HABLADOR

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